ANALISIS Y REFLEXIONES.

El remedio jurídico de las inhibiciones a los clubes, que no abonan en tiempo y forma sus salarios a los futbolistas profesionales, es un derecho adquirido por los futbolistas a través de su convenio colectivo, y es sin duda un privilegio que ningún otro trabajador de la Republica Argentina posee.

Esto no quita fuerza a la afirmación de Marchi (Secretario General de FAA), cuando señala que “de no ser por las inhibiciones los clubes nunca pagarían a los jugadores, o les pagarían cuando quieren y como quieren”,  o sea estaría en la misma situación que todo trabajador privado argentino cuando su empleador es un “negrero” y no le paga lo trabajado, debiendo iniciar un largo y engorroso proceso judicial que quizás le permita cobrar su deuda laboral al cabo de 2 o mas años.

Cual es la diferencia en este caso que permitio este "privilegio". No es una en concreto, son varias, entre las cuales podemos señalar, la lucha sindical, la unidad de acción y el poderío de la organización gremial.

Este poderío señalado no tiene su correlato y equilibrio patronal en las instituciones civiles (Clubes), ya que no hay una asociación patronal de dirigentes de clubes que pueda sentarse en igualdad de condiciones, y salvo algunas de primer nivel de primera A, y la AFA en si, no tienen fuerza de negociación.

Y si nos remitimos a las instituciones del ascenso, con pobre representación en AFA a la hora de la toma de decisiones, el tradicional poder patronal se ve prácticamente diluido a la nada y el poderío gremial lo apabulla, anulando desde ya la clásica debilidad del empleado frente al patrón que el estado debe proteger.

Desde el punto de vista publico, el interés social por el fútbol, y sus intereses económicos vinculados, hace imposible que los dirigentes puedan resolver las cuestiones como lo haría un empleador privado, ya que una parálisis en el fútbol por falta de acuerdo entre los futbolistas y los dirigentes de clubes redundaría en una cruxificcion  periodística de estos últimos, pues la maraña de intereses económicos que viven a costillas del fútbol no soportarían que un grupo de dirigentes ignotos amenacen sus negocios y dañen a las estrellas (jugadores) que les dan de comer.

Por otra parte dentro de los clubes también tenemos situaciones que colaboran y alimentan esta situación. Nunca faltan dirigentes “populistas” que contratan a diestra y siniestra jugadores con sueldos astronómicos, total nunca los pagan ellos, la que responde siempre es la institución. Para muchos es preferible quebrar o fundir el club, antes que realizar una mala campaña futbolística.

Porque se da esto? porque se apoyan en el hincha y simpatizante no socio, que suelen ser la mayoría en todos los clubes de fútbol, y supuestamente dan cumplimiento a sus demandas.

Y el socio que paga su cuota mensualmente y es el dueño real de la institucion, el que la banca dia a dia, donde queda parado. Como dice Fito Paez “al costado del camino”, ya que su voz se pierde entre la masa, y el hincha y simpatizante no socio, que es de por si sumamente egoísta, pues exige todo sin dar nada, es el dueño de la situación.

A todo lo expuesto, se suman problemas estructurales y organizativos.

Entre los estructurales se pueden señalar, que los partidos del ascenso en su gran mayoría, diríamos un 80% dan perdida, o sea que los clubes se ven obligados a realizar un evento publico que de antemano saben que van a perder plata.

Como es esto, cuales son los gastos que provocan esta perdida, a saber: Los directos son: El costo del operativo policial, la ambulancia, el personal de UTEDIC (boleteros, controles, etc.),  el cuerpo de mantenimiento obligatorio (electricista, etc.), el 30% de las entradas que se lleva AFA, el 21% del IVA sobre las entradas, etc. Los indirectos son: los gastos de luz, Agua, gas, limpieza, etc. Todo esto en un partido de Primera B no baja de los $ 10.000 por partido. Si a esto le sumamos que no hay asistencia de público visitante, y que en la tribuna local entran los socios que no pagan, la situación se torna muy critica.

Los problemas organizativos pueden ser varios pero a mi juicio el mas importante es el como están estructuradas las fechas de inicio de los campeonatos. En la actualidad el campeonato de Primera B empieza antes que sus similares de la A y B Nacional, lo que se traduce en que los jugadores libres en capacidad de contratar sean muchos y con aspiraciones de jugar en categorías mayores. Si se diera al revés y primero empezara la A y luego la B Nacional y por ultimo la B, nos encontraríamos seguramente con contratos de menor cuantía, planteados por los jugadores en libertad de contratación, pues  de lo contrario deberían ir a jugar a la C.  

Me gustaría saber si esto, no fue una imposición encubierta del gremio para mantener inflados los contratos de los jugadores.